En los rosetones de las catedrales góticas se pueden reconocer objetos de meditación de diferentes culturas.
Tanto los avances arquitectónicos como los nuevos pensamientos filosóficos y teológicos que se produjeron durante el gótico permitieron la construcción de vidrieras y rosetones en las catedrales góticas configuradoras de espacios interiores resplandecientes.
Pero, el rosetón, además de contribuir a la iluminación del interior de las catedrales, posee una fuerte carga simbólica tanto mariana como por su asociación al mandala de la India, a la flor de oro de los taoístas o a las rosas concebidas por los persas como fuente de contemplación pura.
Los nuevos planteamientos filosóficos del gótico
Es durante esta época, durante el gótico que aparece a finales del siglo XII, cuando se abandonan los terrores milenarios del románico, se considera que la luz es una cualidad divina y se abre una nueva era de amor a la naturaleza y a Dios. Según estas ideas, del obispo de Auxerre que mandó ampliar los vanos de la catedral de esta ciudad surgieron las siguientes palabras:
“La iglesia, que hasta entonces estaba oscura y sombría como los viejos edificios, resplandece con un luz deslumbradora”.
Los avances arquitectónicos góticos
Durante el gótico, se incorporan unos nuevos elementos constructivos como las bóvedas de nervadura, los pilares, los arbotantes, y los contrafuertes con pináculos y flechas que hicieron innecesaria la presencia de los muros como elementos sustentantes, circunstancia que permitió el uso de grandes ventanales como las vidrieras y los rosetones. En la construcción de estos ventanales se utilizarán vidrios coloreados capaces de crear cálidas y radiantes atmósferas en los interiores de los edificios.
El rosetón
Por rosetón se entiende ventana circular, con adornos y calada, dotada de vidrieras y con tracería generalmente radial. Pero, mientras las vidrieras se han encargado sobre todo de crear ambientes deslumbradores y de enseñar con sus pinturas las historias de las Sagradas Escrituras a los fieles en las catedrales, el rosetón se puede interpretar como una advertencia. Es decir, junto con la invitación del rosetón a la contemplación de una estructura que resulta compleja y armoniosa, los rosetones avisan sobre la naturaleza del edificio. Su función es la misma que la de los animales de fábula o los leones que vigilan el pórtico de entrada.
El rosetón es, además, la composición característica de la catedral en la que intervinieron en su construcción los maestros vidrieros, los talladores de piedra y los escultores. Sus delicados y aéreos elementos que exigían una gran habilidad técnica por parte de sus creadores se pueden comparar a un encaje de piedra donde el color, cuando existe, aumenta la sensación luminosa convirtiendo al rosetón en un verdadero caleidoscopio, como ocurre en la fachada sur de Notre-Dame de París.
El simbolismo mariano
Por su semejanza a la rosa, al rosetón se le ha atribuido un simbolismo mariano, aunque también puede remitir a Cristo como asociación a los rayos del sol. La rosas representan a María, “rosa sin espinas”, ya que fue concebida sin el pecado original.
El rosetón y el mandala
Si la rosa, en el mundo occidental, es la flor con mayores significados simbólicos y la más utilizada, en la India, representa el alma, la perfección, el amor y el corazón, además de ser contemplada como un mandala y centro místico.
La forma del rosetón gótico recuerda al mandala del budismo y el hinduismo, representaciones simbólicas del microcosmos y el macrocosmos, y que se utilizan como objeto de meditación como ayuda para provocar determinados estados mentales y ayudar al espíritu en los avances de su evolución.
Son numerosas las culturas que poseen este tipo de configuraciones, casi siempre con finalidad espiritual. Además del rosetón gótico, se pueden encontrar disposiciones mandálicas en las demás culturas orientales, en los pueblos aborígenes oceánicos, en las mandorlas del cristianismo medieval, en algunos laberintos de los pavimentos de las iglesias góticas o en los dibujos en la arena de los indios Pueblo.
Para el psiquiatra Jung, el arquetipo de estos diagramas forma parte del inconsciente colectivo, incluso observó que los pacientes con afecciones físicas y en proceso de curación, a veces, dibujaban instintivamente un mandala y se ponían en su centro como si esta figura tuviera un poder liberador y curativo.
En los rosetones góticos podemos ver un ejemplo de cómo los significados de los símbolos, expresiones recónditas de la naturaleza humana, se repiten en diferentes culturas, unos símbolos que han sido utilizados sobretodo en las antiguas culturas en el arte, la religión y rituales. Para Jung, los mandalas y demás imágenes paralelas provienen de las visiones y de los sueños pertenecientes a los más primitivos símbolos religiosos creados por la humanidad ya desde el Paleolítico, así en las rocas grabadas de Rodesia ya se encuentran interesantes imágenes mandálicas.
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