martes, 7 de octubre de 2014

Mandalas y Laberintos

Contemplar mandalas, recorrer un laberinto o internarse en la trama conmovedora de una espiral calma la vista, despierta sentimientos agradables, hace aflorar en nosotros la creatividad: un componente netamente transpersonal.

El propio impulso de crear formas circulares es indicativo de la profunda necesidad humana de totalidad e ilustra la integración de los acontecimientos significativos y de los contenidos de la conciencia. Es un proceso reflexivo y creativo; en ocasiones resulta imposible diferenciar claramente un momento reflexivo de un estado de ánimo creativo. Pareciera que la reflexión abre pequeñas puertas que conducen a la fuente creativa, la cual, una vez abierta, empieza a fluir en capas de conciencia cada vez más amplias.

La oportunidad de un intercambio infinitamente fructífero reaparece al diseñar nuestro propio mandala, al caminar sobre un laberinto o al danzar cósmicamente en una espiral. Nuestro ser interior nos transmite una información intuitiva y meditativa que por medio de imágenes funciona como un espejo y puede contener la historia arquetipal de toda la vida humana, así como de aspectos particulares de nuestra personalidad que necesitan atención.

Ana Manterola









Mandalas Naturales

Se denominan así a los mandalas realizados con elementos propios de la naturaleza sin ser integrados por ninguna herramienta artificial.  Se cree que ésta práctica proviene de pueblos nativos como fortaleza de la creatividad puesta en pos de la vida natural...

Éste mandala tiene como elemento fundamental piñas


Éste mandala tiene como elemento fundamental petalos de flores


Éste mandala tiene como elemento fundamental flores a las que se cambia la estructura                                (quitando petalos)


Éste mandala tiene como elemento fundamental hojas y piedras


Éste mandala tiene como elemento fundamental flores enteras, petalos y hojas.


Éste mandala tiene como elemento fundamental hojas, ramas cortas, semillas y pequeñas flores