jueves, 7 de abril de 2011

TU AÑORANZA.


Te recuerdo en la inconciencia del olvido,
en el inclemente vacío de mi etéreo abrazo,
te llevo en el palpitar de este corazón herido,
teñido cómo el carmesí del celaje en Ocaso.

Es tu sublime recordación mi grato consuelo,
el pilar que sustenta languidente esperanza,
mis lágrimas lluvia tenaz bajo límpido cielo,
que avizora tu amada silueta en la distancia.

En tu añoranza no muero, siento que vivo,
te llevo en mi sangre cuál flama encendida,
son ausencia y recuerdo placentero castigo,
y Calvario para el alma que no cae rendida.

En tus memorias la voluntad no claudica,
mis anhelos erguidos perseveran pacientes,
este cruel sufrimiento a tu amor no abdica,
esperando tu retorno mis ilusiones dolientes.

Es el amor sobre volátil tiempo sempiterno,
remonta distancias y no reconoce ausencia,
somete corazón y sentimiento a su gobierno,
implantando en libre albedrío su presencia.

Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Febrero 24 del 2011.

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